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Galicia espallada

Unha recolleita da cultura galega

Literatura, historia, arte, música, gastronomía, galeguismo, tradicións, lendas, costumes, emigración

?memoria de Manuela Via? (1929-2013)

Los primeros  gallegos en la Argentina

La Galicia australEl siglo XVI

Los primeros contactos de Galicia con los pa?es del Plata se produjeron tempranamente pero de forma individual -de acuerdo con el escaso n?ero de gallegos que participaron en los viajes y las empresas de la fase inicial de la conquista- y accidental, favorecidos por la moment?ea ruptura del monopolio sevillano a trav? de la Casa de la Especier? de La Coru?, alcanzando durante las cuatro primeras d?adas del siglo XVI una intensidad m? simb?ica que realmente importante de cara al futuro. Fueron los gallegos -una docena o poco m?- enrolados en las tripulaciones de Fernando de Magallanes en su b?queda de un paso meridional hacia el Pac?ico (1519) los primeros que pisaron tierras del Plata e iniciaron ese contacto, al que seguir?n otros del mismo estilo como consecuencia del retorno de Juan Sebasti? Elcano de su circunnavegaci? a la tierra (1522) con la noticia del descubrimiento de las islas Molucas y la posibilidad de comercializar su producci? de especias a trav? del estrecho. Esta oportunidad coincid? con la pretensi? de la nobleza -sobre todo de los Andrade- y del alto clero gallegos expresada en 1520 a Carlos V, de que La Coru? contase con una casa de contrataci?; la presi? pol?ica y otras consideraciones pr?ticas -ubicaci?, infraestructuras, contactos con la Europa septentrional- dieron origen a la apertura (1522) de la Casa de la Especier? coru?sa con el monopolio sobre las expediciones y comercio con las "Indias de especier?".

En 1525 sali?de La Coru? la expedici? de Jofre Garc? de Loaysa, des baratada en las costas de la Patagonia, si bien cuatro naos cruzaron el estrecho, y siguieron otras que tampoco llegaron a buen t?mino. La encomendada a Diego Garc? de Moguer, que hab? acompa?do a Juan D?z de Sol? en el descubrimiento del R? de la Plata, sali?de Fisterra en 1527 en direcci? a las regiones del Plata, despu? de que sus financiadores -entre ellos el conde de Andrade-, hubieran conseguido de Carlos V el monopolio de explotaci? por ocho a?s de las tierras que se descubriesen. La peque? armada cruz?el Atl?tico alcanzando y recorriendo en su navegaci? los r?s de la Plata, Paran?y Paraguay, los mismos territorios que Sebasti? Caboto hab? recorrido, y otros desconocidos hasta entonces; sin embargo, Diego Garc? parece haber desertado de su primitiva misi? y alterado el itinerario y objetivo previstos. Entr?en conflicto con los ind?enas y con otros expedicionarios como el propio Caboto, movido por su inter? en obtener plata. La ?tima expedici? realizada desde La Coru? fue la del navegante y cosm?rafo portugu? Sim? de la Alcazaba, quien despu? de un intento frustrado en 1528 emprendi?otra en 1534 que alcanz?las costas de la Patagonia: a pesar de su desastroso final, asesinado el marino por sus capitanes y gran parte de la tripulaci? por los indios, debe notarse que el suyo fue el primer reconocimiento interior de la Patagonia. La Casa de la Especier? se clausur?como consecuencia del reconocimiento de la propie dad de las islas Molucas en favor de Portugal, por lo que Galicia perd? esta v? de contacto con el Atl?tico sudoeste.

Superada esta etapa de participaci? en la empresa ultramarina, Galicia volvi?a su anterior posici? marginal; sin embargo, determinadas indivi dualidades gallegas adquirir?n notoriedad en el siglo xvi tard? por sus exploraciones y descubrimientos en esta zona. Son bien conocidos los viajes de Pedro Sarmiento de Gamboa, de origen gallego, hombre de vasta forma ci? cient?ica, con un notable dominio de matem?icas, astronom?, geo graf? y h?il cart?rafo; sus conocimientos geogr?icos le permitieron de terminar las corrientes pac?icas, explorar el Estrecho de Magallanes y dise?r una estrategia para garantizar la seguridad de las costas del Pac?ico frente a la pirater? inglesa, en la que el estrecho era la clave, toda vez que al atravesarlo Francis Drake en 1579 hab? demostrado su vulnerabilidad. Sarmiento fue designado sargento mayor para perseguir a Drake y m? tarde capit? de una armada cuyo objetivo era atravesar el estrecho de oeste a este y estudiar las posibilidades de fortificarlo y poblarlo. La dif?il misi? acab?en el ?ito de Sarmiento, quien lleg?a Espa? tras una complicada traves?, y sus referencias decidieron a Felipe II a tomar medidas para el cierre del estrecho al paso de piratas, organizando una expedici? (1581) encomendada a Diego Flores, en la que Sarmiento iba con el cargo de "real gobernador y poblador" de la zona; la armada era portadora de numerosa gente de guerra y de mar con distintos destinos en Am?ica, adem? de los pobladores que deb?n formar el asentamiento en el destino. La expedici? fracas?por la falta de entendimiento entre Flores y Sarmiento, las desercio nes, las p?didas de naves por los temporales, la venta ilegal de materiales destinados a la instalaci?, etc., de modo que Sarmiento, con unos quinien tos hombres, no lleg?a su destino hasta febrero de 1584. All? tom?posesi? de la zona y fund?la primera ciudad, Purificaci? de Nuestra Se?ra, pero poco m? consigui?que crear este asentamiento y explorar la regi? antes de que en uno de sus tr?sitos costeros su nave fuese desviada hacia el norte. Aunque intent?ayudar a las gentes abandonadas en el asentamiento elevando peticiones de ayuda a la Corona, ayuda que no consigui? su destino final estar? muy lejos de su proyecto magall?ico.

Si es muy dif?il identificar a los gallegos que participaron en las expe diciones mar?imas que hemos referido, igual lo es identificar a los que participaron en las expediciones terrestres de la primera fase de la coloni zaci?, ya que adem? de poco numerosos, la mayor? no tuvo oportunidad de destacar. En conjunto, la presencia de gallegos en la conquista estuvo limitada a unos cuantos hombres que ocuparon puestos de segunda fila -soldadesca, puestos de apoyo, mandos intermedios- debido a que no for maron un grupo de presi? sino que eran individuos atra?os por las pers?pectivas del Nuevo Mundo, que se diluyeron entre las huestes de los con quistadores. Por lo que respecta a los pobladores, su grado de conocimiento est?supeditado a la insuficiencia e inseguridad de los datos del siglo xvi, pero existen suficientes indicios de que la presencia de gallegos fue muy modesta -menos del 2 por ciento-, procedente sobre todo del mundo urba no, y formada por varones solteros, j?enes, sin cualificaci? profesional, que en su mayor? acudieron a las Indias como criados o hicieron la carrera como marineros. En las penetraciones espa?las del R? de la Plata no es mayor que en otras zonas, a pesar de que en el futuro ser?un ?ea preferente de acogida de inmigraci? gallega y de haberse establecido tempranamente una vinculaci? a trav? de las expediciones mencionadas; no obstante, est? constatada la participaci? de gallegos en las expediciones al Estrecho de Magallanes y al Plata, como parte de la tripulaci? de Sebasti? Caboto (1527) o de la expedici? del primer fundador de Buenos Aires, Pedro de Mendoza, en 1535, o en otras posteriores de menor significado.
En esas primeras fases pocos gallegos llegaron a Am?ica como integran tes de la administraci? civil, militar o eclesi?tica, por las razones dichas, pero incluso en los pa?es del Plata hubo tempranas excepciones. Tal es el caso de algunos misioneros franciscanos, como fray Juan Pascual de Ribadeneira, miembro de una relevante familia gallega. Naci?en 1531, lleg?primero a Per?y luego a Tucum? (1566), como parte de un grupo de eclesi?ticos. En el a? de su llegada inici?la construcci? del protoconven-to y primera capilla de su orden en la regi? y en 1574 fund?el convento de San Francisco de la ciudad de C?doba, en donde parece haber sido el primer vicario de la di?esis; en los a?s inmediatos fue custodio de Tucu m? y Paraguay. Su amplio conocimiento de la situaci? local y de la necesidad de llevar un mayor n?ero de religiosos lo movi?a volver a Espa?, si bien antes a? pudo construir el convento franciscano de Bue nos Aires

Fue a la Corte representando a su orden y a Garay, fundador de la ciudad de Buenos Aires, e hizo gala de aquel conocimiento presentando una Relaci? de la Provincia del Rio de la Plata que constituye un verdadero proyecto de divisi? gubernativa del R? de la Plata y de asentamiento de una poblaci? en el Paran? aparte de ser valiosa por sus noticias sobre la producci?, rutas y riqueza del territorio y las condiciones de vida de los indios. A su regreso a Am?ica en 1582 pas?a Tucum?, donde sigui?su labor religiosa, de asesoramiento de gobernadores y de informaci? a la Corona, adem? de fundar nuevos conventos; en sus escritos y acciones demuestra haber sido un convencido defensor del indio y de la mejora del nivel de vida de la poblaci? ind?ena. Muri?en 1592 en un nuevo viaje a la Corte.

 


FUENTE: FRAGMENTO DE LOS GALLEGOS EN EL R? DE LA PLATA DURANTE LA ?OCA COLONIAL, POR OFELIA REY CASTELAO, DEL LIBRO LA GALICIA AUSTRAL, LA INMIGRACI? GALLEGA EN LA ARGENTINA DE XOS?N?EZ SEIXAS