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Galicia espallada

Unha recolleita da cultura galega

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?memoria de Manuela Via? (1929-2013)

Camino de Santiago

Experiencias de un peregrino

 

por   Teresa  M?quez  Sanmart? 
Publicado por  la C?edra Espa? de la UCES (Univ. de Cs. Empresariales y Sociales ) de Buenos Aires, Octubre 2001.-


La quietud  (7/9/00)    (P?. 32 a 33)


Llegando a Portomar? la vista es realmente hermosa. CruzaMos un gran puente sobre el r? Mi?, de aguas muy tranquilas; algunos botecitos le daban color al paisaje y nos hac?n olvidar el calor y el cansancio. 

Este poblado tiene una caracter?tica muy peculiar; el antiguo poblado estaba formado por dos barrios: San Pedro a la derecha del r? y San Nicol? a la izquierda, unidos por un puente romano. Luego quedaron debajo del agua debido a las obras del embalse de Belesar. El nuevo pueblo de Portomar? se inaugura en 1962 y nace al final del gran viaducto, despu? de una subida interminable. Se ha trasladado piedra por piedra la Iglesia de San Nicol? del antiguo al nuevo poblado y la portada de la Iglesia de San Pedro junto con uno de los arcos del puente romano. La Iglesia de San Nicol?, hoy llamada de San Juan, fue construida a fines del siglo XII por los artesanos de un taller de los disc?ulos del.Maestro Mateo. La portada principal muestra la influencia del p?tico de la gloria de la catedral de Santiago y tiene la singularidad de parecer un templo fortaleza que perteneci?a la Orden de San Juan de Jerusal?. Portomar? es co nocido tambi? por su aguardiente. Tiene su fiesta el domingo de Pascua. 

R? Mi?

"R? Mi? anda caladi?, que despertas a meu mini? "
El albergue estaba muy cerca de la entrada de la ciudad y por suerte all? pudimos acomodarnos. Nuestro querido ?gel guardi?, Tino, vino a visitarnos (creo que en verdad vino a constatar nuestro estado, ya que me parece que no estaba muy seguro de que lo lograr?mos) y nos hizo de gu?. Recorrimos la ciudad, que me record?a Santiago de Compostela, tomamos algo fresco y le preguntamos c?o ser? el pr?imo tramo. Por supuesto, siempre que pregunt?amos, las respuestas eran de aliento. 

 

Ya estaba cayendo el sol, la temperatura era.agradable y no daba ganas de ir a descansar. Nos despedimos de nuestro amigo, que ten? unos cuantos kil?metros que recorrer a?, en auto, claro, y nosotras nos fuimos a cenar con una madrile? y su hijo. La quietud del r? con la luna reflej?dose en ? parec? una postal y me record?mi ni?z y a mi madre cantando canciones que ha blaban del Mi?. "R? Mi? anda caladi?, que despertas a meu mini? ". El coraz? se me estrujaba pensando cuando nostalg? tendr? ella y mi padre de su terru?. Dormimos en la escuela que est?frente al albergue, donde en realidad eran aulas que ahora ten?n camas cuchetas. Habr? alrededor de cuarenta cuche tas, por lo tanto hab? ronquidos y olores de todas las nacionalidades. Como siempre, yo dorm?como un tronco y feliz. Todo el cansancio val? la pena. 


- Queremos agradecer ?profesora Teresa M?quez Sanmart? por enviarnos esta publicaci?.
  Para contactarse coa autora podedes facelo a : peregrinosdelcamino@yahoo.com.ar



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