Camino de Santiago

Experiencias de un peregrino

por   Teresa  M?quez  Sanmart? 

Publicado por  la C?edra Espa? de la UCES (Univ. de Cs. Empresariales y Sociales ) de Buenos Aires, Octubre 2001.-

El inicio (4/9/00)    (P?. 23 a 25)

MI camino junto a mis dos amigas, Cris y Majo, comenz?en O Cebreiro (1.300 mts de altura). Tino nos llev?hasta all? port?dose como el mejor anfitri?. Nos regal?un bast? a cada una y la correspondiente concha o vieira, insignia del peregrino a Compostela. Tino,  cuyo nombre completo es Constantino Chao Mata, es el Vicepresidente de la Asociaci? Gallega de Amigos del Camino y fue el primer contacto que hice cuando comenc?a so?r con el camino y con el cual surgi?una entra?ble amistad.

Iglesia perrom?ica de Santa Mar? de O Cebreiro (provincia de Lugo) Ser?n las 20.30 hs cuando llegamos a ese antiguo poblado popular donde comienza el trayecto gallego del Camino Franc?, en cuya  Iglesia se produjo hace siglos el milagro eucar?tico que dej?boquiabierto al sacerdote de poca fe que oficiaba la misa en ese entonces. Este sacerdote ten? serias dudas sobre la realidad de la Eucarist?, y despreciando el sacrificio del ?ico feligr? que hab? asistido a escucharla a pesar del crudo invierno, en el momento de la consagraci?, la hostia se convirti? visiblemente en carne y el vino en sangre.  A? hoy se conserva en su altar la reliquia de ese milagro en el llamado Santo Grial Gallego, pieza rom?ica del siglo XII que fuera donada por los Reyes Cat?icos en su peregrinaci? a Compostela. Figura ?ta que tambi? aparece en el escudo de Galicia y que populariz?en toda Europa a ese peque? poblado de monta?. Tambi? se dice que este c?iz inspir?a Ricardo Wagner en su ?era Parsifal.

La iglesia perrom?ica Santa Mar? de O Cebreiro conserva la talla rom?ica de la Virgen, del siglo XII, de la cual cuenta la historia, que inclin?nbsp; la cabeza en el momento del milagro eucar?tico para verlo mejor.

Mezclando lo pagano con lo religioso, pueden verse las Pallozas, que son antiguas construcciones celtas caracter?ticas del lugar, hechas de pizarra y paja de centeno. Actualmente se conservan dos: una donde funciona el mueso y otra donde funciona una hoster?.

Fuimos al albergue y nos encontramos con la noticia de que no hab? camas, por lo tanto la primera noche ten?mos que descansar en el suelo en la bolsa de dormir. Nos miramos resignadas y pensamos: "?Bueno, siempre hay una primera vez para todo!". ?Que noche!. Creo que lo tomamos como un examen de ingreso al camino.

Palloza Antes hab?mos paseado un poco para reconocer el lugar. Era muy tarde; la noche, con un cielo estrellado maravilloso invitaba al sosiego, pero nosotras est?amos visiblemente emocionadas y todo parec? tan fant?tico que costaba creer que fuera real. Est?amos al pie del camino y hab? que recorrerlo, ese era el objetivo y ten?mos que cumplirlo. A eso hab?mos venido.

Durante la cena que Tino comparti?con nosotras, nos relajamos y disfrutamos de nuestro primer men?del Peregrino, que por cierto es muy econ?ico y delicioso. Finalmente, nos despedimos de Tino y quedamos en que nos comunicar?mos telef?icamente durante todo el camino.

Nos fuimos a dormir en el mullido suelo de albergue, mejor dicho a pasar la noche , ya que es todo un arte manejar el saco  de dormir en un suelo resbaladizo tratando de buscar acomodar el cuerpo en la dura superficie. Finalmente, terminamos enroscadas como matambres y nos desliz?amos como reptiles, hasta que los pies de alg? compa?ro nos tocaba la cara. No era f?il ahogar la risa y por momentos tampoco el llanto en el silencio de la noche. Silencio que se romp? cuando alguien se levantaba para ir al ba? y la puerta rechinaba despert?donos a todos. Como era de esperar, cuando el sue? comenzaba a invadirnos, ya las primeras luces del alba entraban t?idamente por la ventana.

- Queremos agradecer ?profesora Teresa M?quez Sanmart? por enviarnos esta publicaci?.
  Para contactarse coa autora podedes facelo a : peregrinosdelcamino@yahoo.com.ar

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